Seis años después de que desapareciera ahogado por las deudas, el histórico Rapid de Bucarest rumano ha regresado a la Primera División de Rumanía tras su refundación en 2016 como un equipo de la Quinta División rumana.
"He esperado este momento desde que empezamos jugando en campos de barro; al fin Dios ha hecho justicia", dijo el entrenador del equipo granate, Mihai Iosif, en declaraciones recogidas hoy por el diario deportivo 'Gazeta Sporturilor'.
A una jornada para el final de la temporada, el Rapid consumó la pasada noche su ascenso a Primera pese a perder en casa por 1-3 con el líder del 'play off' de promoción, el Universidad de Craiova, gracias al empate del Mioveni, que dejó a este equipo sin posibilidades matemáticas de ser segundo.
Aunque el partido se jugó a puerta cerrada, el Rapid contó con el apoyo de un millar de seguidores que se congregaron en el exterior del minúsculo estadio de Buftea, a las afueras de Bucarest, donde se jugó el partido.
Como el estadio ni siquiera tiene gradas en los fondos, los aficionados pudieron hacer visibles sus banderas y llegar a los jugadores con sus cánticos desde detrás de la valla que delimita el campo.
En la tribuna de autoridades se congregaron para el partido numerosas viejas glorias del club, entre las que destacó el actual entrenador del Dinamo de Kiev ucraniano, Mircea Lucescu, que en su día triunfó en el Rapid como técnico.
May 17, 2021
"Me siento muy bien, escucho a los aficionados y parece que sean el coro de esclavos de la ópera Nabucco", dijo tras el partido Lucescu, que es uno de los entrenadores en activo más laureados de Europa. "Añoraba el ambiente que crean", añadió sobre la afición del Rapid.
El Rapid de Bucarest no solo volverá a Primera División la próxima temporada. El equipo también regresará a su vieja casa en el barrio de Giulesti, aunque con el estadio completamente renovado tras demolerse el antiguo campo en 2019.
Con tres títulos de Liga y 13 Copas de Rumanía, el Rapid de Bucarest es el tercer equipo más popular de la capital rumana tras el Steaua y el Dinamo.
El club fue fundado en 1923 por trabajadores ferroviarios en Grivita, un barrio popular con fuerte presencia de población romaní, y está considerado en Rumanía el equipo de los gitanos y la clase obrera.