Ha sido una auténtica caída al abismo. El Ruch Chorzów no ha agonizado, se ha muerto de la noche a la mañana. Hace tres años militaba en la élite del fútbol polaco, y hoy, a cuatro días de que empiece la temporada, ha desaparecido por culpa de las deudas.
Ganador en 14 ocasiones de la Ekstraklasa (la primera en 1933, la última en 1989) y de tres Copas de Polonia (1951, 1974 y 1996), el Ruch ha desaparecido a un año de su centenario.
El club ya se llevó un susto a comienzos del nuevo milenio, cuando descendió a Segunda tras la 2002-03. Estuvo cuatro temporadas seguidas en la categoría de plata, y en 2007 logró volver a la élite.
Ahí se mantuvo una década, hasta que en 2017 empezó el principio del fin. Dos años antes había incluso jugado la Europa League, la tercera vez que lo lograba, cayendo ante el Metalist en el 'play off' de acceso a la fase de grupos, tras superar dos rondas previas.
En la 2016-17 quedó antepenúltimo la temporada regular, tras ser sancionado con la deducción de cuatro puntos, y descendió de nuevo a Segunda tras firmar una atroz liguilla por la permanencia (no ganó ninguno de los siete encuentros, y acabó colista).
La 2017-18 la jugó en Segunda, arrastrando una sanción que ahora era de seis puntos. Acabó como colista, con 27 puntos en 34 jornadas. Ni sin el castigo hubiera salvado el cuello.
El pasado curso fue la primera vez que este histórico militaba en una categoría tan baja. Y volvió a terminar último, ahora sin deducciones de puntos.
Acosado por las deudas, los futbolistas dejaron de cobrar, y el descenso hizo pensar a muchos en que lo peor podía suceder. El Ruch Chorzów no ha podido pagar la cuota de inscripción en el torneo y ha sido descalificado.
Eso se traduce en su desaparición como club. Tendrá que refundarse, y el equipo que herede su condición comenzará a jugar en el noveno nivel del fútbol polaco.