Tanto la Fiscalía, que había acusado a Gustavo Olivera, de 53 años, del "homicidio agravado por alevosía" de Eduardo Cicchino, de 26, como la querella que representa a los familiares de la víctima, habían solicitado la pena de prisión perpetua.
Los jueces Javier Anzoátegui, Luis María Rizzi y Carlos Alberto Rengel Mirat, del Tribunal Oral en lo Criminal 23, encargado de dictar la sentencia, comunicaron que los fundamentos de la misma se conocerán el próximo 29 de mayo.
Los hechos ocurrieron cuando Cicchino, acompañado de un amigo, salía de un bar del porteño barrio de San Telmo tras festejar el triunfo de su equipo ante Nacional uruguayo en la Copa Libertadores.
En el establecimiento, los jóvenes habían festejado los goles al tiempo que el ahora condenado, que también veía el partido en el bar, observaba la situación desde la barra del bar y les gritaba cada tanto frases despectivas contra los aficionados de Boca.
Una vez fuera, Olivera continuó agrediéndoles verbalmente y cuando el amigo de la víctima le preguntó que cuál era su problema, el acusado le respondió: "vení para acá, decímelo en la cara", tras lo que Cicchino intentó interceder entre ambos.
La discusión derivó en un forcejeo en el que intervino uno de los camareros del lugar, que fue testigo en el juicio. Cuando se acercó, observó que el joven tenía sangre en su camiseta, a la altura del pecho, mientras que Olivera sostenía "un cuchillo negro tipo de caza".
El homicida fue detenido minutos después del hecho por un policía que vio cómo tiraba la navaja y Cicchino fue trasladado rápidamente un hospital, donde ingresó en terapia intensiva y fue operado de urgencia por su estado crítico.
Sin embargo, pese a las intervenciones médicas que se le realizaron, murió 13 días después del suceso, el 2 de junio. Ese día, Boca Juniors lamentó "con profundo dolor" la muerte del joven y envió sus condolencias y un "abrazo xeneize" a su familiares y amigos.