Aunque el Día de la Victoria fuera el pasado sábado, Smolevichi y BATE han homenajeado a los caídos en la Segunda Guerra Mundial este domingo, en el duelo que les enfrentó en la jornada 8 de la Liga Bielorrusa.
La UE impuso el Día de Europa, para conmemorar cada 8 de mayo la paz en el continente tras la derrota nazi. El documento se firmó casi a la medianoche, por lo que en Moscú ya era 9 de mayo. Es por eso que mientras la mitad de Europa celebra esa efemérida un día, la otra mitad lo hace al siguiente.
En Rusia, y por extensión en las repúblicas ex soviéticas, el Día de la Victoria se celebra el 9 de mayo, y se recuerda, con motivo del día de la rendición de Alemania en 1945, a todos aquellos que dieron su vida combatiendo al régimen nazi.
Aunque la historiografía occidental haya tratado de contrarrestarlo, la Unión Soviética fue quien llevó el peso de la contienda desde su entrada en el conflicto en el verano de 1941.
La URSS sufrió, dependiendo de la fuente, de 20 a 27 millones de bajas, entre civiles y soldados. Para ponerlo en contexto, Estados Unidos, a quien el cine pone como el gran liberador, no llegó al medio millón de bajas. Ahora imaginen el impacto en la sociedad de semejante carnicería
Con tal cantidad de fallecidos, no hay prácticamente nadie en Rusia, Bielorrusia, Ucrania, etc, que no tenga a alguien a quien recordar en este día tan señalado para casi todos.
Los homenajes son habituales y multitudinarios, y también llegan al fútbol. Lo hemos podido ver en la previa del Smolevichi-BATE Borisov de este domingo.
Visitaba el BATE su antiguo estadio, el Gorodskoi, para medirse al Smolevichi. Los 22 protagonistas saltaron al terreno de juego portando cada uno de ellos un retrato en blanco y negro.
No eran fotografías al azar. Todos y cada uno de ellos servía para recordar a uno de los millones de caídos en la Gran Guerra Patriótica, como denominan los ex soviéticos a la Segunda Guerra Mundial.