El Inter también sabe desdibujarse en Ucrania

Traspié de Shakhtar e Inter, dos equipos que necesitaban ganar tras perder sus primeros compromisos. Empate sin goles que al menos les permite sumar su primer punto de la fase de grupos, pero que evidencia que ambos tienen pendiente la asignatura del gol.

La misma de la pasada temporada, cuando ambos coincidieron en el mismo grupo de la Champions (y también con el Real Madrid, aunque con el 'Gladbach en lugar del Sheriff). Entonces empataron a cero en Kiev y también en Milán. Y este curso ya han calcado el 50% de aquella decepción.

La temporada pasada Shakhtar e Inter pusieron en bandeja a Madrid y 'Gladbach el pase a octavos. Se anularon mutuamente por dos veces y acabaron hundiéndose el uno al otro. Este curso, con el débil, en teoría, Sheriff como 'Cenicienta' del grupo, el drama puede ser aún mayor.

Shakhtar e Inter evidenciaron un problema enorme, una falta de claridad de cara a gol preocupante. Y también el hecho de tener un miedo atroz a perder contra el rival con el que, en teoría, se jugarán la segunda plaza.

Ambos jugaron a no perder, aunque pronto quedó claro que el Shakhtar tenía algo más de chispa. Chispa que desapareció durante unos minutos, cuando Dumfries, en una acción accidental, hizo polvo la rodilla de Lassina Traoré al caerle encima.

Tetê entró en su lugar y le costó adaptarse al ritmo del partido. El Shakhtar, en los primeros minutos, había cedido la iniciativa al Inter para jugarle a la contra, y con la lesión de Traoré el equipo ucraniano se quedó descolocado.

Ahí tuvo su mejor oportunidad, hasta el momento, el Inter, cuando Nicoló Barella estrelló un balón en el travesaño. Eso dio inicio a los mejores momentos del Inter en la primera parte, y prácticamente en todo el partido hasta su recta final.

Firmaron los de Inzaghi varias llegadas de mérito, pero fallaba el último pase, el remate o simplemente el tener una pizca de suerte para que el balón vaya dentro o fuera.

Merodeó el gol el Inter, pero aquello no terminaba de funcionar, y acabó el primer tiempo sin que el marcador se moviera. El Shakhtar había tenido sus opciones a la contra, tras robos o pérdidas del cuadro italiano, y para la segunda parte Roberto de Zerbi quería otra cosa.

Dio un paso adelante el Shakhtar, y el Inter uno atrás. Pasamos de un partido en el que se atacó mejor que se defendió (y decir eso con un 0-0 es hablar muy mal de cómo estaban defendiendo unos y otros), a otro en el que uno empezó a atacar bien y el otro a defender mejor.

Monopolizó el balón el Shakhtar durante gran parte del segundo tiempo, y era el Inter quien llegaba en contadas ocasiones, con chispazos puntuales, pero sin nada elaborado. No había un plan. Era como si Inzaghi les hubiera pedido que salieran y disfrutaran, nada más.

Los cambios no tuvieron la importancia que de ellos se esperaba. Inzaghi y De Zerbi se contrarrestaron también en este aspecto. El empate a cero parecía la única salida para este partido.

Un empate a cero que, hasta el 80', parecía injusto para el Shakhtar y hasta demasiado premio para un Inter del que siempre se esperaba más. Y fue entonces cuando los 'nerazzurri' reaccionaron, y maquillaron su partido para que al menos no pareciera que su primer punto en esta Champions les había caído del cielo.

Apretó en la recta final el Inter y Pyatov, uno de esos porteros capaz de lo mejor y de lo peor en el mismo partido, salvó dos ocasiones clarísimas en cuestión de segundos, poco después de haber regalado una muy clara a Lautaro con un pase lamentable.

Pero como no era el día del gol, el Inter se quedó con las ganas y el Shakhtar acabó agradeciendo el empate. Un 0-0 que reporta ambos el primer punto en la Champions y que les ayuda poco o muy poco en su lucha por alcanzar los octavos. Pero claro, siempre hubiera sido peor haber perdido.