Jason Denayer es uno de los zagueros del Olympique de Lyon que tendrá la complicada labor de restar peso a Robert Lewandowski, Thomas Müller, Serge Gnabry o Ivan Perisic. Es un central práctico, experimentado pese a sus 25 años... y con una historia a sus espalda digna de contar.
Para entender la carrera de Denayer, hay que entender que vivió en Anneessens, uno de los barrios más complicados de Bruselas por sus robos y acciones violentas. Con mucho tiempo para estar en la calle, el futbolista del Lyon ya contó en el pasado los peligros a los que se exponía por entonces.
"Había que ir con cuidado. Incluso cuando estabas jugando al fútbol en la calle, alguna patada podía provocar una atmósfera explosiva. Conocí a chicos que tenían más talento que yo, pero escogieron otro camino, el 'fácil'. Ese es el peligro de un barrio tan difícil", contó en el pasado Denayer en una entrevista que recoge 'Olé'.
Tras pasar por las categorías inferiores del Anderlecht, en 2014 firmó por el Manchester City y en la temporada 2015-16 decidió salir cedido al Galatasaray. Fue allí cuando sorteó por primera vez una desgracia.
En solo diez días, pasó por tres ciudades que recibieron atentados. El 13 de marzo de 2016, Denayer se encontraba en Ankara, donde residía, cuando un coche bomba estalló en el centro de la ciudad. Dejó 37 muertos y 122 heridos.
Seis días después, cuando estaba en Estambul junto al resto del equipo para disputar un partido, un suicida yihadista se inmoló y acabó con la vida de cinco personas. Otros 34 resultaron heridos.
Poco después, todavía tocado por ambos desastres, viajó a Bélgica para asistir a la concentración de la Selección para disputar un amistoso frente a Portugal. El 22 de marzo, cuando estaba en Bruselas, un ataque del ISIS al aeropuerto y el metro se saldó con 35 fallecidos y 340 heridos. Ese duelo ante el combinado luso fue aplazado.
Una carrera, a sus 25 años, algo complicada, sobre todo en ese tramo de 2016. Ahora, cuatro años después y ya asentado en el Olympique de Lyon, busca olvidar esos tiempos tan dífíciles con una final de Champions... nada menos que ante un gigante Bayern de Múnich.