Las Palmas está en crisis. Por si alguien lo dudaba, Butarque lo confirmó. El Leganés superó a los de Pepe Mel por 4-1 en la decimoctava jornada de Segunda División para clavar en el casillero amarillo la tercera derrota consecutiva. El conjunto isleño no estuvo bien y tampoco gozó de esa pizca de fortuna que, a veces, es tan importante.
La mala suerte residió en un dudoso penalti que el colegiado pitó por mano de Saúl Coco cuando el 1-0 ya imperaba en el luminoso. El defensa se lanzó a ras de suelo para interceptar un disparo que rebotó en su pierna, se elevó rápidamente y dio en su brazo. No son pocos los colegiados que dejan sin castigar estas acciones porque, al venir el cuero desde tan cerca, es imposible evitar cortarlo, pero, para Ávalos Barrera, fue pena máxima.
Borja Garcés, que ya ha dejado atrás con su fútbol la polémica que amenazó con dejarle fuera del equipo cuando Asier Garitano aún estaba al mando, transformó el segundo gol 'pepinero' con un golpeo potente a media altura. La diana puso cuesta abajo la cita para los de Mehdi Nafti, que ya ganaban por un tanto en propia puerta de Coco, mismo protagonista que el del 2-0.
En aquella jugada, el defensa no pudo ver bien cómo se le acercaba un centro desde la banda porque estaba peleando por la posición del primer palo. El cuero pasó por su lado, dio en un Sergio que tampoco estaba en condiciones de rematar bien, rebotó en su espalda y sorprendió a Raúl Fernández, que poco pudo hacer.
Se puede hablar de mala suerte de Las Palmas por esta acción, pero también de que al Leganés le salió todo lo que le tenía que salir. Los de Mehdi Nafti completaron una buena actuación, sabiéndose un poco superiores a Las Palmas siempre y aguantando cuando los de Pepe Mel trataban de anestesiar el duelo con prolongadas posesiones de pelota.
La sentencia que premió este trabajo llegó de las botas de Randjelovic, aunque el mérito llevaba la rúbrica de Arnaiz. Regateó a tres defensas por la banda, cañito a uno de ellos incluido, para servir la bola rasa al '12', que firmó fácil el tercer gol local. El partido parecía ya visto para sentencia con el 3-0, pero Jonathan Viera lo maquilló con un zapatazo desde la frontal para el 3-1 y Sabin Merino, tras un jugadón de Naim, hizo el definitivo 4-1.