El Lega se lo pasa bien por fin. Sumó tres puntos para resarcirse de su derrota ante el Lugo aprovechándose de un Cartagena muy bravo y con mucha calidad, pero falto de contundencia atrás. Se tienen que conformar los albinegros con una segunda mitad muy buena que sirvió de poco: los madrileños les anularon.
Y es que sus mejores jugadores entraron tras el descanso. Elady, muy atractivo en el regate; Álex Gallar, que jugó como una estrella; De la Bella, un apoyo fiable, y Simón, insistente. El problema fue que todas estas buenas sensaciones llegaron demasiado tarde.
Atrás, ni Uri ni Álex Martín fueron capaces de frenar la calidad de los 'pepineros'. Rosales abrió la lata con una volea a la escuadra, Sabin hizo lo propio ante un centro de Avilés y repitió la operación tras el rechace de un tiro del propio Avilés para dejar el encuentro finiquitado en menos de 45 minutos.
La facilidad con la que el Leganés se plantaba con peligro ante Marc Martínez era pasmosa y su seguridad en la zaga marcaba la diferencia. Omeruo hacía de antiaéreo y Tarin le guardaba las espaldas. Conde, cuando ellos fallaban, sacaba a relucir los guantes -paradón al principio del partido a un chut tremendo de falta de Clavería y, en la segunda mitad, a un disparo de Elady-.
No pudo hacer nada, eso sí, cuando el delantero más veterano de la categoría, Rubén Castro, prendió la llama que mantuvo ardiente al Cartagena durante casi todo el segundo acto. Su remate de circunstancias a un centro de Carrasquilla -volvió a brillar el panameño- parecía el comienzo de una remontada época, pero se quedó en gol del honor.
Y es que, cuando más calidad desplegaron los albinegros en el campo, más seguridad mostró un Leganés que se vio obligado a dar un paso atrás. Pep Lluís Martí reaccionó con varios cambios que no alteraron la dinámica, pero, al fin y al cabo, la victoria no peligró y los tres puntos permanecieron en Butarque.