Fue un partido de esos que disfruta el Liverpool, con espacios y concesiones del rival, con Firmino en plan mago y los demás con la mira afinada. No fue el Genk rival para el campeón de Europa. Fueron cuatro goles, pero pudieron ser ocho.
Y eso que el Liverpool incluso se permitió algún rato de desconexión. Puede hacerlo el equipo inglés mientras los de arriba estén entonados, como pasó en el Luminus Arena. Por su fuera poco, contaron con la gran aportación de Oxlade-Chamberlain, que parece haber olvidado el horror sufrido ante la Roma hace año y medio.
De sus botas salió en el minuto dos el primero del encuentro. No se lo pensó dos veces. Nada más que le llegó soltó un latigazo que dejó petrificado a Coucke. Ni se movió el guardameta.
El gol tuvo un efecto narcótico para el Liverpool, que resopló cuando a Samatta le anularon un gol por supuesta falta a Milner. Supuesta, porque parece más bien que el atacante del equipo belga simplemente se eleva más que el inglés, sin más. Hasta por eso son campeones de Europa.
Firmino se echó el partido a la espalda y de sus botas salieron las mejores ocasiones, incluida una asistencia de rabona que Mané no convirtió en el gol de la noche porque se estrelló con Coucke.
Al Genk le quedaban las cabalgadas y los espacios que dejaban Milner y Robertson, enganchados en el área rival como extremos. La falta de calidad entre uno y otro conjunto se hizo palpable. El Genk amagó, pero no pegó.
En la segunda parte el Liverpool dio un paso adelante, perdió menos la pelota y se dedicó a generar desde el balcón del área rival. Así gana el Liverpool, por avasallamiento. El segundo de 'Ox' coronó la obra de los de Klopp.
Mané, con una picadita, y Salah, con un regate que rompió en dos a Lucumí, engordaron la renta de un Liverpool que sin sudar en exceso logró una victoria vital para sus aspiraciones continentales. Se pone segundo de grupo, a uno punto del Nápoles, que tienen siete.
El Genk echó maquillaje al luminoso con un tanto de Odey, que aprovechó la parsimonia 'red' para acortar distancias, sin demasiado tiempo ya para soñar con los milagros. El equipo belga, con un punto, cierra el Grupo E.