Con un proyecto ya más que asentado, el equipo de Jürgen Klopp se presentaba, para muchos, como el mejor equipo de Europa esta temporada y aspirante a ganar todo. Pero el coloso de Anfield se ha encontrado con un mes para olvidar que ha tirado por la borda una campaña en la que podía haber hecho historia, más allá de su increíble Premier League y obviando su participación en la Carabao Cup, en la que fue eliminado por el Aston Villa tras presentarse con el equipo juvenil al coincidir fechas con el Mundial de Clubes.
El título liguero, salvo catástrofe mayúscula, lo tiene en el bolsillo. 27 triunfos, un empate y una sola derrota que le hacen estar a 25 puntos del Manchester City, que tiene un encuentro todavía por disputar. Conseguir el trofeo del torneo doméstico después de tantos años es algo muy valorado por la afición. Pero ahora queda un sabor de boca algo amargo por lo que pudo ser y ahora ya no será.
El mes para no recordar nunca del Liverpool comenzó el pasado 18 de febrero, en la ida de los octavos de final en el Metropolitano. Un solitario gol de Saúl tumbó al conjunto 'red', que se vía con opciones de remontar aferrándose a la magia de Anfield. Una derrota que, de levantar ese 1-0, podía haber quedado en anécdota. Pero a un equipo que parece invencible puede afectarle más de lo esperado el saber que ya no lo es.
Ocho días después de caer en Madrid, los de Klopp lo pasaron realmente mal para ganar al West Ham (3-2) en el aviso de lo que sería el desastre frente al Watford, que les endosó un doloroso 3-0. Una sensación de preocupación invadió a los de Liverpool. No por lo que significó para la clasificación, sino de cara a la confianza del equipo en compromisos más importantes.
Algo que quedó confirmado en los octavos de final de la FA Cup frente al Chelsea. Los 'blues' asestaron un duro golpe a los favoritos 2-0 para eliminarles del torneo del 'k.o.'. El Liverpool se despedía de otro título una semana antes de la vuelta frente al Atlético. Maquilló la situación antes, con un triunfo frente al Bournemouth.
Sin ese aura que ha lucido casi toda la temporada, el Liverpool se plantó en la cita ante el Atleti con un Anfield a rebosar. Y se plantó en el mejor escenario posible: con el 2-0 de la prórroga estaba clasificado. Pero Marcos Llorente y Morata, para sorpresa de los presentes en el escenario de los hechos, desecharon la fiesta 'red'. Klopp, el comandante del equipo campeón, eliminado en octavos de final.
Un revés duro que deja al grupo casi sin objetivos en este final de campaña. En la Premier cuenta los días para levantar el título y en cuanto al resto de competiciones se cuestiona qué hizo mal para perder la oportunidad de haber firmado una de las mejores temporadas de la historia del club. Y ese será el próximo reto del técnico alemán: levantar de este golpe psicológico a un equipo que tenía el cartel de invencible.
Una plantilla que solo perdió dos partidos -uno de ellos con los juveniles en la Carabao Cup- de 41 en siete meses ha sumado cuatro derrotas en solo uno.