El encuentro comenzó con alternativas para ambos equipos, pero pronto se impuso el Liverpool como el equipo que quería llevar el mando del partido.
Cuando parecía que el Manchester City se recomponía del arreón incial del Liverpool, llegó el primer tanto 'red'. Lo anotó Lallana, tras avanzar sin oposición hasta casi la frontal del área rival. Desde allí, se sacó un disparo que no parecía tan peligroso: ni iba fuerte, ni alto, era un balón raso que iba dando pequeños botes. Pero Hart no llegó, quizá tapado por su defensa, quizá lento de reflejos, quizá confiado en que se fuera por línea de fondo.
Ese gol marcó un antes y un después en el encuentro. El Manchester City se desfiguró y el Liverpool se vino arriba. Y sólo habían pasado 34 minutos de juego.
Al filo del descanso Milner marcó el segundo. Firmino le puso un balón al pie muy fuerte que no pudo controlar, pero sí meter la puntera para superar a Hart.
El descanso le vino fenomenal a los de Pellegrini, o hubieran encajado media docena. Estaba desaparecido el City tras el gol de Milner, y a la vuelta de los vestuarios parecía tener mejor color.
Pero entonces llegó la puntilla. Origi trató de controlar un balón de espaldas a la portería, pero no pudo. En esas pasó Lallana como un rayo y se la quitó a su compañero, poniendo a continuación un pase entre líneas para que Firmino anotase el tercero.
Con el partido resuelto y la afrenta por la derrota en la Capital One Cup cumplida, el Liverpool levantó el pie, pero el City no fue capaz de aprovecharlo.
Desaparecido, frustrado, hasta nervioso en ocasiones. Nada le salía al conjunto de Pellegrini, que encajó su tercera derrota consecutiva, y sigue sin ser capaz de levantar la maldición que pesa a su equipo cada vez que pisa Anfield.
El Manchester City, como el Arsenal y el Tottenham, ha sentido vértigo cuando ha podido acercarse al Leicester, que empató ayer y dio pie a que sus perseguidores se le acercasen. Pero han perdido los tres. Y lo que es más grave, el Manchester City ya está a 10 puntos de la cabeza, diciendo prácticamente adiós a sus posibilidades de levantar el título liguero.
El Liverpool sigue en tierra de nadie, acusando su paupérrimo inicio de temporada. Es octavo, a seis puntos de los puestos europeos.