El Liverpool se llevó con sufrimiento los tres puntos de la visita al Southampton y demostró que este año la Premier League sigue siendo un objetivo importante.
Apenas unos días después de llevarse la Supercopa de Europa ante el Chelsea, los de Klopp lo pasaron mal para ganar en un campo complicado de la competición inglesa.
De hecho, durante la primera parte, Adrián fue salvador y el Southampton llegó a coquetear con el 1-0 en varias ocasiones. Al filo de la misma, Sadio Mané demostró su calidad y puso de manifiesto su buen momento de forma en este inicio de temporada con un golazo.
Cogió un balón sin aparente peligro en el vértice del área y lo transformó en el 0-1, con un disparo a la escuadra lejana de la meta defendida por Gunn.
El gol permitió a los 'reds' hacer lo que mejor saben en la segunda mitad. Con un Salah bastante gris, el Liverpool sí que explotó una y otra vez la velocidad de Mané. El senegalés le regaló un tanto a Firmino, pero el brasileño estuvo desacertado en la definición y perdonó la sentencia.
Esta no tardaría en llegar, sin embargo, poco después. El brasileño aprovechó una recuperación de Mané en banda y cruzó ante Gunn desde la frontal.
El partido parecía sentenciado, pero Adrián le dio picante al final al regalarle el 1-2 a Ings. El portero español despertó los fantasmas de Karius y pasó directamente al punta, que puso el pie y firmó el tanto de la emoción.
El propio punta, ex del Liverpool, coqueteó con el 2-2 al final en lo que hubiera sido el clásico tropiezo 'red', pero perdonó y permitió que Klopp y los suyos comiencen con la ilusión intacta en esta lucha por la Premier.