El Lokomotiv venció por cuatro goles a cero al Rubin Kazán en casa. El equipo de Berdiyew salió al ataque para intentar marcar pronto, pero sus aspiraciones se vieron truncadas pronto por el buen hacer defensivo de los locales. La clave de la victoria de los de Sionin fue el buen trato que le dieron al balón.
El tempranero gol de Miranchuk, de penalti, condicionó el encuentro. Hasta entonces, el partido estaba siendo muy igualado, pero la moral de los de Sionin se puso por las nubes tras el rápido tanto. Desde entonces, los visitantes trataron de volver a llevar la iniciativa en ataque, pero otro gol, esta vez de Smólov, volvió a golpearles.
Bayramyan estaba siendo el jugador más peligroso del Rubin Kazán. Sus internadas, junto a la referencia en ataque que significa Poloz, conseguían generar ocasiones para los de Berdiyew. El Lokomotiv se apresuró, desde el segundo tanto, a tener bajo control el partido con posesiones largas y sin precipitarse, siendo esta táctica más que efectiva.
Ambos equipos llegaban a portería, pero el Lokomotiv lo hacía con mucho más peligro. Esta situación se transformó en gol en el minuto 73, cuando Krychowiak encajó un testarazo en la red de Konovalov y sentenció el encuentro. A pesar de la desventaja, el Rubin no bajó los brazos y siguió al ataque, aunque ya había poco por jugarse.
Los últimos 15 minutos del encuentro le sirvieron al Lokomotiv para volver a utilizar posesiones largar y desesperar a los visitantes. Éstos, lanzados al ataque, no vieron venir a Kvaratskhelia, que marcó el cuarto gol del partido. El Lokomotiv noqueó a su rival, que sólo tuvo tiempo para disponer de un par de ocasiones más hasta el fin del partido.