Algún tiempo ha pasado ya desde que Isco y Morata bromearan en el banquillo blanco sobre quién era el postre y el segundo plato para Zidane, ahora el de Arroyo de la Miel es indiscutible en los planes del francés.
Ha dejado de ser un recambio para que los titulares pudieran descansar, a ser un fijo en los onces blancos, a pesar de que en el 'Clásico' del Bernabéu se quedara en el banquillo.
Pero en Champions, en la vuelta de cuartos ante el Bayern y en los dos choques de 'semis'ante el Atlético, Isco salió de inicio y demostró por qué es clave para Zidane: cuando el malagueño está enchufado, el equipo lo nota.
Ahora que no está Bale, Zidane lo tiene claro, pero el problema llegará en Cardiff cuando el galés esté de vuelta en el equipo. ¿Sacrificará al malagueño? Cada día parece menos claro que lo pueda sentar.
En el Calderón dio un autético espéctaculo de juego y ayer, en Balaídos, volvió a demostrar que es pura magia. El malagueño ha disputado 40 choques esta campaña, en los cuales ha conseguido anotar 11 tantos, solo por detrás de Cristiano, Morata y Benzema.
El conjunto blanco está en un gran momento y parte de esto se lo debe al espectacular estado de forma de Isco Alarcón.