El técnico francés ya lo dejó entrever en la convocatoria para Balaídos, citando a Gareth Bale y James Rodríguez para el primer partido del curso tras una pretemporada en la que el colombiano no ha participado y el galés fue repudiado en sala de prensa.
Sin opciones de salida, Zinedine Zidane no tuvo reparos en replantearse el escenario y, pese a preferir que no estuvieran, decidió utilizarlos. "Ya que los tengo, y no son malos, ¿por qué no jugar con ellos", debió pensar el entrenador del Real Madrid.
Bajo este contexto un tanto surrealista por lo acontecido durante el verano, la apuesta del francés en el primer partido de Liga no invitó al optimismo a la parroquia blanca. Zidane llegó con los planos de una faraónica revolución y saltó a Vigo con los mismos que fracasaron la temporada anterior.
Sin embargo, sí hubo cambio en el Real Madrid. Pretemporada a un lado, los futbolistas mostraron su versión más competitiva y solidaria. Más allá de su aportación ofensiva, Vinicius y Bale se vaciaron en defensa, trabajando en las ayudas como no se les había visto.
Entretanto, Casemiro volvió a erigirse en el jugador imprescindible de Zinedine Zidane. El brasileño es el único que no tiene sustituto y, cuando está bien, hace mejores a Luka Modric y Toni Kroos, que se sacudieron años y críticas con sus primeros minutos del curso.
Si bien es cierto que no fue una versión excelsa del Real Madrid, la mala pretemporada hace de la victoria blanca un halo de ilusión para sus aficionados, que se fueron de Balaídos con tres goles que bien valen tres puntos y tres brotes verdes.