Sí, una agresión puede romper un acuerdo. Es lo que le ocurrió a Felipe Melo cuando todo apuntaba a que iba a fichar por el Real Madrid. Corría el año 2010 y él jugaba en la Juventus, participaba en el Mundial con Brasil y, en un lance del juego, pisó a Robben. ¿La consecuencia? El interés 'merengue' se esfumó.
"Al final, pude haber fichado por el Real Madrid, eso me dijo mi agente, cuando estaba en el Mundial. Pero con lo que pasó en cuartos... La expulsión acaba con que no se hace lo del Real Madrid. Pero son cosas que pasaron y que tenían que pasar", afirmó en una entrevista con el diario 'AS'.
Dejó bien claro con sus palabras que el traspaso era cuestión de una firma rápida y poco más: "Ya teníamos todo acordado en ese momento, teníamos todo acordado. Pero, bueno, pasó y ya está. Me quedé en la Juve y, después, me fui al Galatasaray".
No se mostró para nada arrepentido de lo que pudo pasar de haber salido bien la operación: "Todo lo que ocurrió me ayudó a crecer como hombre, como jugador, como profesional, como padre, como esposo... Agradezco mucho a Dios todo lo que pasó y está pasando en mi vida".
Pero sí que imaginó cómo habría sido su carrera: "¿Si hubiese jugado en el Real Madrid podría haber hecho historia? Sí, pero quizás no tendría la idolatría que tengo hoy en el Galatasaray, un club que está en mi corazón para siempre. Allí me convertí en el mejor brasileño del fútbol turco ganando trofeos: ocho en cuatro años. Eso es increíble".
"Jugar en el Madrid le gusta a todo el mundo. Cuando te llama el Madrid o el Barcelona lo tienes que dejar todo y jugar. Son dos equipazos, dos clubes increíbles. Me hubiese gustado jugar en el Real Madrid. Pero jugué en el Inter. Cuando yo estaba en la Fiorentina, recuerdo que me llamó el Inter. Yo quería ir al Inter, no a la Juve. Pero al final la Juve pagó la cláusula y fui allí", añadió.