Un equipo que aspire a ganarlo todo tiene que saber ganar disfrutando y sufriendo. Esta última es la tendencia a la que se ha abonado el Real Madrid en sus últimos dos compromisos de Liga. Los de Carlo Ancelotti rindieron por 2-1 al Sevilla y por 1-0 al Athletic. Ambos duelos tuvieron lugar en el Santiago Bernabéu.
En los dos duelos, la escuadra 'merengue' pasó por momentos en que su rival azuzó y hasta dispuso de ocasiones para ponerse por delante en el marcador. En este sentido, se erigieron en piezas fundamentales varios efectivos, entre ellos quizás el que más Thibaut Courtois. Algunas paradas de mérito contuvieron y salvaguardaron el éxito blanco.
Que el guardameta apareciera ante, por ejemplo, un testarazo muy cercano frente a los bilbaínos o varias llegadas de considerable peligro por parte de los hispalenses se trocó en valor inherente de la cosecha de los tres puntos. La aparición más arriba de nuevos referentes como Vinicius, cuyo golazo ante los de Lopetegui fue el cómo y por qué de la victoria, otro factor fundamental.
La mejora del Real Madrid en términos de saber sufrir es aún más valiosa tras algunos resultados decepcionantes que datan de mediados de octubre. Las caídas ante el Sheriff y el Espanyol se debieron, en cierta parte, a no saber sobreponerse a esos compases de presión rival en que tocaba darle la vuelta a la tortilla.