El Real Madrid se va al parón con los deberes hechos. Al menos en Liga, donde cerró el tríptico de partidos fuera de casa antes de reinaugurar el Bernabéu con un triunfo de valor, aunque no de excesivo brillo. Siete de nueve puntos y buena cara a la espera de si Mbappé agita todo en unos días o las cosas se quedan como están hasta el año que viene.
El francés fue protagonista en exceso en la previa y se habló poco del partido. El Betis, un equipo con buenos mimbres y que ya piensa en el retorno a Europa, confirmó que tiene trabajo por delante. Los verdiblancos aguantaron un tiempo, pero sufrieron tras el descanso y no tuvieron piernas para sumar algo al final.
Las cosas empezaron un poco como en Valencia hace menos de una semana. El Madrid, con Vinicius en el once esta vez, controló las cosas y quiso dejar el trabajo hecho casi de salida. Una gran acción del brasileño, crecido en su nuevo papel de decisivo, no la finalizó como acostumbra Benzema, quien no anda del todo fino en la finalización, sí en otras facetas.
El susto no espabiló al Betis. Sufrió Rui Silva para atrapar una volea de Militao en una acción a balón parado. Los blancos, eso sí, iban un tanto a rachas y echaron de menos la pausa de Kroos en el centro del campo una vez más. Valverde y Carvajal hacían sufrir al Betis por la derecha y los de Pellegrini aún estaban por aparecer cerca del área de Courtois. Así que todo iba bien.
Hasta que Fekir y Canales pudieron
Fekir, el de siempre, despertó al Betis. El francés y Canales lo hacían todo para el Betis y empezaron a entrar mucho más en contacto con el balón. Fekir puso a prueba a Courtois, quien no se dejó sorprender en un lanzamiento de falta directo. Luego, dio comienzo a un carrusel de tarjetas amarillas un tanto exagerado de Hernández Hernández: se tiró de manera descarada en el área y el colegiado no picó.
El partido se calentó, sobre todo tras la pausa de hidratación. Y como ante el Levante, el Real Madrid creció en ese momento. Da la sensación de que las palabras de Ancelotti calan en los blancos de forma inmediata, aunque se evaporan con el paso de los minutos.
El juego bronco del final del primer acto dio paso a un segundo de guion claro. El Madrid ahora mandaba con claridad y el Betis estaba cada vez más atrás y con menos piernas. Juanmi, muy activo en el primer acto, estuvo demasiado solo y desconectado tras el descanso. Para colmo, falló en la acción previa al gol que decidió el partido, un dos para uno en el que entregó inocentemente el balón a Miguel Gutiérrez.
Al Betis ya solo le salvaba el buen partido de Rui Silva y de la pareja de centrales, pues el centro del campo empezaba a hacer aguas y Canales y Fekir acusaban el cansancio. Pellegrini tardó demasiado en meter piernas. Casi de la nada, llegó el 0-1 de Carvajal. Vinicius le puso fe para salvar un balón junto a la línea de fondo, Benzema la templó en el segundo palo y el lateral voleó cruzado a la red.
La reacción verdiblanca fue inmediata y fruto quizás también del libreto de Ancelotti. El Madrid marcó y se echó inmediatamente atrás. Quizás demasiado. Las ocasiones del Betis fueron escasas, aunque lo suficientemente claras. Alaba casi se hace un autogol, Ruibal no pudo rematar el córner solo... y volvió a llegar el parón de refresco, y con él la calma la para los 'merengues'.
El 0-2 estuvo mucho más cerca en los últimos compases, que el Real Madrid quizás jugó con una suficiencia excesiva. Perdonaron a la contra los blancos, aunque se llevaron la buena noticia de los grandes minutos de Asensio y las pinceladas que dejó por fin Hazard.
Los tres puntos, aun así, también pasaron por Courtois. El Betis solo llegó una vez más, pero qué vez. Tello pudo romper a Militao y sirvió a Montoya, quien tuvo la mala suerte de que el pase de la muerte le cayera a la izquierda. Su chut lo desvió el meta belga en la última acción del partido para permitir un parón de selecciones relativamente tranquilo en la 'casa blanca'. Todo lo tranquilo que puede ser con la llegada de Mbappé en el alambre.