Toda una cura de humildad para un equipo que parecía no tener techo tras ganar, y de qué manera, al Barcelona.
Al cuarto de hora de juego llegó el primer gol, obra de Brosinski. El Liverpool no despertó y se marchó al descanso con el doble de goles en contra. Jhon Córdoba anotó al filo del intermedio y dejó muy tocados a los 'reds'.
La segunda parte no fue mucho mejor para los de Klopp. Malli, en el '59, y Muto, en el '74, remataron la faena.
Un severo correctivo que debe ser usado más para aprender y mejorar. "Fue un día duro y una lección importante para nosotros. Tenemos que confiar en nuestro estilo de juego y nuestra filosofía", dijo Klopp al término del partido.
"Si perdemos la concentración un momento, puede suceder esto. No debemos perder 4-0, pero puede ocurrir", agregó.
Klopp volvía al que fue su estadio hace algunos años, donde dirigió al Mainz durante ocho prósperas temporadas en las que llevó al equipo por primera vez en su historia a la Bundesliga.