El Girona, tras derrotar al líder, al Espanyol, lo tenía todo de cara para dar un golpe sobre la mesa en casa para refrendar sus buenas sensaciones. Pues nada de eso. Lo dio el Málaga. Gran actuación de los andaluces para vencer a domicilio a los catalanes, que no estuvieron cómodos prácticamente en ningún momento.
Para conseguirlo, Pellicer -estuvo Manolo Sánchez, su segundo, en el banquillo porque él estaba sancionado- propuso un 4-3-3, dejó atrás la defensa de cinco y le salió a las mil maravillas. Sobre todo, por la gran actuación de Joaquín Muñoz y Escassi.
El atacante estuvo en todas y ni por llegar la segunda mitad, cuando el cansancio aprieta, dejó de presionar arriba. Esta idea de molestar tanto a los defensas locales salió bien y generó bastantes ocasiones, como un mano a mano de Luis Muñoz que acabó en el larguero.
Pero el gol llegó a balón parado. Escassi coronó su buena primera mitad -fue sustituido al descanso- con un testarazo ajustado tras un saque de esquina de Yanis Rahmani ante el que Juan Carlos no podía hacer nada. Antes, se encargó de amargarle la vida a Sylla con Mejías como pareja de baile. Y, cuando ellos fallaron, sacó Dani Barrio una mano providencial en un mano a mano con Bárcenas.
El '23' fue una de las principales amenazas del Girona. Cuando no era él quien trataba de colarse en el área con peligro, intentaba colgar o filtrar alguna bola a Sylla, que nunca estuvo cómodo y cayó en fuera de juego varias veces. Otro gallo habría cantado si Luis Muñoz no hubiera cortado un pase de la muerte que le puso su compañero en una de las mejores jugadas que generó el equipo, y es que los de casa lucharon bien por su gol, que no llegó nunca.
Faltó algo más de fluidez, más por mérito del Málaga que por demérito de los locales. Samu Sáiz trató de solucionarlo entrando cada vez más en el juego, pero no estuvo del todo acertado. Al final, el golpe sobre la mesa lo dan los de Pellicer, que se cuelan provisionalmente en zona de 'play off'. A los de Francisco les toca esperar.