Salió a por todas el Tenerife, que protagonizó minutos de locura en La Rosaleda. Varios córners fueron el medio por el que asustaron a los locales, que se defendieron con todo para no caer rápido. Ello fue la base de su dominio durante casi toda la primera mitad.
Se pusieron serios y comenzaron a asediar la meta de Ortolà. Los intentos eran más bien intentonas por la poca precisión de los efectivos malaguistas, pero servían para ir avanzando poco a poco. Finalmente, Sadiku mandó la pelota a la red tras el rechace en el área de un córner para firmar el 1-0.
Entonces, los de Víctor quisieron bajarle las pulsaciones al choque y se concentraron en la defensa, entregándoles la batuta del encuentro a los de Rubén Baraja. Estos no aprovecharon del todo la posesión de la que estaban gozando y solo se acercaron al gol con tiros lejanos.
No cambió la tónica al volver a rodar la bola para la segunda mitad. La táctica de Víctor era presionar arriba para evitar que sus contrincantes estuvierna cómodos creando juego y mantener el esférico con calma cuando tocara. La estrategia fue efectiva y los 'chicharreros' sufrían sin poder generar peligro.
La polémica del encuentro tuvo lugar alrededor del minuto 75, cuando el VAR avisó al colegiado de una mano de Javi Alonso en el área. Lo era, pero también pudo haber empujón previo de Juankar para mover su posición, lo que deja la polémica servida. En todo caso, el árbitro lo pitó y Sadiku lo metió.
No le dio tiempo al cuadro isleño recortar distancias para acercarse al empate en el tramo final del duelo. El Málaga, como llevaba haciendo tras su primer tanto, se defendía moviendo lentamente el balón y dándolo todo en defensa. Brilló especialmente Antoñín, que firmó un partidazo ante su afición.