Por si alguien tenía dudas, el malaguismo está demostrando un verano más que la pasión por sus colores va más allá de categorías. Ni la Segunda División ha frenado las ganas de fútbol de la afición blanquiazul, que volverá a acudir en masa a La Rosaleda un año más.
La afición está respondiendo, y de qué forma. Con el mes de julio sin alcanzar su ecuador, el club cuenta ya con más de 15.000 abonados para el próximo curso. Los abonos oscilan entre 120 y 850 euros.
En la entidad malacitana confían en superar un año más la barrera de los 20.000 socios, lo que sin duda sería un impulso para el equipo, que tratará de recuperar una plaza en Primera División.
Resta más de un mes y medio para que la competición se inicie, pero en Málaga ya hay hambre de fútbol. A pesar del descenso, La Rosaleda presentará de nuevo grandes ambientes.