El Manchester City conquistó en el Falmer Stadium la sexta Premier de su historia y la segunda de manera consecutiva, ambas de la mano de un Pep Guardiola ya especializado en conseguir el campeonato de la regularidad en tres de las cinco grandes ligas.
Ganó, no sin una pequeña dosis de sufrimiento, por 1-4, pues tuvo que remontar el tanto inicial de Murray. Por su parte, el Liverpool, que llegó a ser campeón durante 21 minutos, derrotó por 2-0 al Wolverhampton. Un torneo excitante en el que el segundo clasificado terminó con 97 puntos, algo que le habría valido para ganar 24 de las 25 ediciones bajo el formato Premier (salvo la del año pasado, vencida también por el City con la cifra récord de 100).
Cualquiera de los dos habría sido justo campeón tras haber cuajado unos respectivos años espectaculares. Entre ‘citizens’ y ‘reds’ han sumado números imponentes que dan cuenta de su tiranía a lo largo de las jornadas. Si el campeón ganó 32 de sus 38 partidos, el subcampeón únicamente perdió una vez; precisamente ante el City, y en la jornada 21.
Terminó saliendo cara para un equipo con varios líderes: Guardiola y su gestión de los recursos; Sterling, que al final ha roto en ese extremo capaz de generar y materilizar goles; la definición de Agüero, el temple de Fernandinho en el medio; la seguridad de un Ederson que disputó todos los encuentros; la amplitud de recursos con el desequilibrante Bernardo Silva, algunos momentos imperiales de Laporte atrás...
Cronología de una tiranía
Sin duda, esta edición será recordada por ser una de las más emocionantes desde que existe el formato Premier. Desde muy pronto quedó claro que iba a ser un interesante mano a mano entre Guardiola y Klopp.
Fue el Liverpool el primero que tomó ventaja en la tabla merced a un inicio arrebatador: seis victorias seguidas en el arranque para una primera vuelta inmaculada, con 16 triunfos y únicamente tres empates.
Sin embargo, la curva cambió de tendencia iniciado 2019. Un mes de malos resultados bastó a los de Guardiola para darles caza en la tabla. Resultó clave el 2-1 en el Etihad Stadium justo el primer partido del año. Un par de igualadas seguidas del Liverpool, ante Leicester y West Ham, permitió al ya campeón ponerse por delante.
Desde entonces, se dio una bonita alternancia en el liderato propiciada por la igualdad de puntos y porque el Manchester City fue arrastrando hasta el tramo final un encuentro menos que se aplazó por la FA Cup. Pero en cuanto los de Guardiola recuperaron ese partido de más, con puñetazo en la mesa en el derbi de Mánchester, todo quedó en sus manos.
Ninguno falló en sus últimos nueve partidos, cerrados todos con triunfo (para una racha de 14 seguidos de los celestes), por eso el champán se descorchó en el campo del Brigthon y no en Anfield.
En el plano de distinciones personales también se puede medir el dominio de los dos primeros en la clasificación: Mané y Salah acabaron como máximos goleadores (aunque empatados con Aubameyang), Alisson resultó ser el meta menos goleado y Van Dijk salió elegido mejor jugador tanto por la Premier League como por el sindicato de futbolistas.
Un campeonato hechizante
Por si fuera poco, las guerras intestinas en la zona noble casi convirtieron la lucha por la Champions en otro torneo más. Se llevaron el gato al agua el Chelsea y el Tottenham, tercero y cuarto, respectivamente.
El cuadro de Pochettino mantuvo su listón de la última temporada con solvencia pese a algún despiste final, mientras que al de Sarri le dio tiempo a rehacer sus errores en el tramo final y hasta de adelantar un puesto.
El United pagó caro su divorcio con Mourinho. Solskjaer, su sustituto, llegó a traer una nube de esperanza, aunque pasajera. Emery hizo olvidar a Wenger devolviendo al Arsenal el nivel y, sobre todo, la continuidad en los resultados, pero la seducción de ganar la Europa League le costó un alto peaje en la Premier, donde finalizó quinto. Sextos fueron los de Old Trafford.
De hecho, la valoración final de ‘gunners’ y ‘blues’ queda con el asterisco de la final de Bakú: el ganador, además de billete para la Champions, podrá presumir de temporada sobresaliente.
El equipo revelación, el Wolverhampton, firmó un dignísimo séptimo puesto que puede tener premio europeo si el City gana la final de la FA Cup.
Por la parte de abajo, dos de los recién ascendidos, Cardiff y Fulham, perdieron la categoría. A ellos les acompañó el Huddersield Town, como colista, tras segundo año en la élite.