El ritmo de los equipos ingleses, está, a día de hoy, varios escalones por encima de los demás conjuntos europeos, con permiso del Bayern de Múnich. Una idea que lleva rondando varias temporadas tras las jornadas de Champions League y que este martes reafirmó el vigente campeón de Europa, el Chelsea de Thomas Tuchel. Los 'blues', sin despeinarse, doblegaron al que fue el último ganador de la Ligue 1, el Lille (2-0).
Sorprendió Tuchel con su once inicial. Dejó fuera a Lukaku y apostó por el tridente Pulisic-Havertz-Ziyech. El alemán actuó de 'falso 9' y casi en la primera jugada demostró que su puntería no es la de un 'killer'. Tras un gran servicio desde la derecha de Azpilicueta, falló a bocajarro y bajo palos para poner la primera clara a favor de los londinenses.
No se rindió el germano, que con un tiro cruzado forzó el córner que propiciaría su ansiado gol. Se elevó entre la defensa visitante para poner con un testarazo el 1-0 en el marcador. El caramelo de Ziyech desde la esquina fue oro en polvo. El marroquí es un seguro de vida en este tipo de jugadas.
La diana encajada despertó al Lille, que salió valiente en la presión pero se vio superado por la gran salida de balón del rival. Buscó no suicidarse tan rápido, sabiendo que el Chelsea disfruta con los espacios, y neutralizó las comandadas ofensivas enemigas. Renato aprovechó uno de los pocos despistes de la zaga 'blue' para poner un esférico al espacio al que estuvo a punto de llegar Bamba, pero Mendy, muy atento, estuvo rápido para despejar el cuero.
Dejó el equipo de Tuchel que su rival se adueñase del balón. Cómodo al contragolpe y con el binomio Kanté-Kovacic barriendo en la medular, el Chelsea mantuvo el 1-0 en el luminoso hasta el descanso con una 'masterclass' defensiva para que su arquero ni apareciese por la cámara de la retransmisión.
Pero hasta el campeón tiene que pagar peajes por el exceso de esfuerzos durante una temporada cargada de partidos por la estrechez del calendario. Y es que el Chelsea tuvo que ver cómo se marchaban lesionados tanto Kovacic como Ziyech, dos pilares en el esquema de Tuchel, que en vez de dar entrada a Jorginho prefirió usar a Loftus-Cheek y Saúl.
Aun así, los 'blues' se mantuvieron firmes en defensa y rápidos al contragolpe. Así llegó el 2-0, iniciado por un Kanté espléndido en la conducción. El francés llegó a la frontal, esperó, tuvo paciencia y, en el momento justo, le puso el esférico a Pulisic, que llegó al área como un resorte. El estadounidense definió con su derecha ante el arquero para poner tierra de por medio.
Con mucha fe, Gourvennec buscó recortar distancias metiendo en el campo a Yilmaz, pero la solvencia defensiva del Chelsea y su buena gestión en los compases finales permitió al vigente campeón cumplir con los pronósticos y llevarse un importante y cómodo triunfo a la vuelta, que será en Francia el próximo 16 de marzo.