Seámos sinceros. El Real Zaragoza está en una de las situaciones más delicadas de su historia reciente. Rubén Baraja y Lalo Arantegui se marcharon y ni Paco Jémez ni Pacheta quieren unirse al proyecto del club. Pero el conjunto maño llegaba con seis derrotas consecutivas en la mochila, de perder su identidad y de practicar un fútbol incomestible.
Y aunque solo fue un triunfo, ya no solo el resultado, sino la imagen del combinado aragonés, la tensión con la que el cuerpo técnico vivió el partido y la actitud de los futbolistas les dieron suficientes motivos a los cientos de aficionados que se congregaron en los aledaños de La Romareda de que el equipo puede revertir la situación. Y además, con la pizca de suerte necesaria, como el milagro de Jair en el 91'...
El Fuenlabrada estuvo incomodísimo. Tardó en entrar en la primera mitad y se fue demasiado pronto de la segunda. Solo la escasa diferencia en el marcador provocó que se volcase hacia el ataque durante los últimos minutos e incluso pudiera empatar con un cabezazo de Glauder que no entró porque estaba escrito así. No existe otra explicación racional.
Los de Iván Martínez, después de unos minutos de tanteo, comenzaron a desplegar su mejor juego de la temporada. Por lo menos, el de este domingo fue el mejor Zaragoza desde la salida de Rubén Baraja. Sin lugar a dudas. Los locales practicaron un fútbol muy directo y lograron generar peligro como nunca antes lo habían hecho este curso.
Y además, ante un Fuenlabrada que es uno de los equipos más difíciles de superar de la categoría. Carlos Vigaray hizo lo que quiso. Jugó a su libre albedrío y tanto sus internadas por la banda como sus apariciones por el centro del ataque rasgaron las costuras de la retaguardia 'kirika'. Javi Ros, hasta que la gasolina se lo permitió, también cuajó un gran partido.
Pero el jugador estrella llevaba el dorsal '22'. Sergio Bermejo, además se hacer un mangífico trabajo en defensa, se sumó a las acciones ofensivas desde la segunda línea e incluso provocó el primer "uy" de La Romareda con una lanzamiento a la mediavuelta que escupió la madera. Fue la más clara de la primera mitad. Ya en la segunda le hizo un roto a Juanma de los que dentro de cinco años saldrá en los 'highlights' de YouTube.
Los de José Ramón Sandoval comenzaron la segunda mitad con la portería rival en el punto de mira. Fue el momento -breve- en el que aparecieron los Randy Nteka, Ibán Salvador y compañía. Pero ni con esas tuvo el Fuenlabrada ocasiones para marcar. Iván Martínez detectó a tiempo incidencia y dio entrada en el campo a Eguaras, que volvió a adueñarse de la sala de máquinas.
Del nerviosismo a la euforia
Y entonces sí, el mejor momento del Zaragoza de la temporada, al menos en ataque: Vigaray lo intentó con un lanzamiento desde la frontal que se fue desviado, Pol Freixanet le ganó un mano a mano a Iván Azón... y un minuto después, tras una gran intervención del portero azulón, Juanjo Narváez mandó el balón a las mallas de tacón, de espaldas a la portería, y abrió la lata.
El técnico madrileño reaccionó rápido con más cambios, pero si antes mencionamos el milagro de Jair, ahora toca hablar del de Pol Freixanet, que realizó dos interveciones de mucho mérito a Bermejo y Azón, esta segunda a bocajarro, y mantuvo las aspiraciones del Fuenla en el encuentro.
Siguió siendo el Zaragoza, en botas de Nieto y Chavarría, el que creó más peligro a pesar de que los 'kirikos' tenían el balón durante los últimos minutos. Pero los de Sandoval tuvieron una: Cristian Álvarez salió a por uvas y Glauder, de cabeza, le superó por arriba.
El balón parecía que iba a cruzar la línea de gol, pero San Jair despejó el cuero con una acción que vale dos puntos. Y quién sabe si otro de inflexión. El miércoles, en el Juegos del Mediterráneo, está la respuesta.