El calendario es muy exigente: un club europeo de primer nivel que llega hasta el final de todos los torneos disputa más de 60 partidos en una temporada. Además, a esta altísima cifra hay que sumarle los partidos de selección.
Ante tal carga de minutos, es normal que haya más lesiones musculares. De hecho, según un estudio de la UEFA, cada equipo de la Primera División española sufre una media de 45 lesiones musculares por temporada.
Si tenemos en cuenta que el tiempo medio de recuperación de estas lesiones son de 10 días, sale un total de 450 días al año que el club paga a un jugador que no puede jugar. Contando lo que destina el Barcelona en sueldos de futbolistas del primer equipo, le supone un coste de casi 8,7 millones de euros.
El club azulgrana, dispuesto a reducir el número de lesiones y los costes, ha buscado métodos. Hace un año, una empresa especializada en medicina deportivo tomó muestras de saliva de los jugadores. Varias semanas después, con los resultados en la mano, los técnicos y los preparadores físicos lo usaron para planificar la carga física de cada jugador.
La muestra de saliva da información sobre el tipo de fibra y eficiencia muscular, quema de grasas, riesgo de rotura de ligamentos, tendones y otros músculos, calambres musculares, riesgo de dislocación de hombro, inflamaciones musculares, salud ósea, estrés oxidativo...
Estos datos ayudan a los técnicos a decidir si un futbolista vuelve tras varios meses k.o. o a gestionar la alta carga de partido en pocos días, pero no acabarán con las lesiones o podrán predecir cuándo se producirán, obviamente.