¿Cuántas veces hemos visto esta escena? Un jugador recibe una 'chuleta' con instrucciones y tácticas y un rival se la ojea a traición por encima del hombro. O se la quita y se la lee en su cara. O la recupera del césped. Badou Ndiaye no quiso correr riesgos.
Recibió la hoja con instrucciones de su compañero Novak, pero el partido estaba en juego. Con ella en la mano recibió también un balón, lo circuló y una vez liberado de responsabilidades, procedió a su lectura y asimilación.
Y hecho eso, tocó deshacerse del cuerpo. Guardarse la hoja en las medias podía ser un incordio. Arrojarla al césped, una temeridad. Quedarse con ella de la mano no era una opción. Y no había tiempo de ir a la banda y tirarla al banquillo propio.
Entonces, ¿qué hacer? Pues de tripas corazón y engullirla, confiando en que la celulosa y la tinta sean clementes con tu aparato digestivo. ¡Éxito!
March 7, 2020