El Valladolid tuvo una oportunidad de oro para salir del descenso, tras la victoria del Elche, pero la desaprovechó. Le temblaron las piernas a los pupilos de un Sergio que vio cómo el conjunto blanquivioleta desaprovechó sus ocasiones.
Si el pasado miércoles, el Valladolid empató al final, en esta ocasión le ocurrió al revés. Pidió y tuvo más el balón en los primeros minutos y se sintió protagonista en la vuelta de Weissman al once.
Con un 'Cádiz B' en el césped, el Pucela se adelantó en el partido gracias a Óscar Plano y a Weissman. El israelí fue el asistente, con un gran pase, y el español el goleador, con un buen recorte a Ledesma.
El 1-0 sentó bien al Valladolid, pero a la vez mostraron las costuras en ataque. Ledesma, nervioso, dio más oportunidades de las esperadas al conjunto blanquivioleta, incapaz de marcar el segundo.
Perdonó tanto el Valladolid que el camino a vestuarios con el 1-0 pareció corto. Las sensaciones eran mejores para el Pucela, pero la falta de puntería provocó que los nervios comenzasen a aparecer.
Le cuesta al Valladolid ser sólido en defensa. Solo en dos ocasiones ha dejado la puerta a cero, y este sábado no iba a ser una excepción. Las dudas aparecieron y el Cádiz lo aprovechó.
Un mal despeje de Joaquín en un córner, tras darle con el pecho sin querer, dejó a Marcos Mauro con el balón en el área pequeña. Achicó aguas Roberto, pero no pudo hacer lo mismo con el rechace, en línea de gol, de Cala.
Ahí acabaron las opciones de un Valladolid inoperante en ataque pese a meter a Sergi Guardiola y a Kodro. Se le acabaron las ideas a un Sergio que, pese a la urgencia de ganar, no se movió del 4-4-2 con el que empezó y terminó el partido.
Acabará el Valladolid esta jornada en los puestos de descenso, con un partido por jugar más que el resto, y respira un Cádiz que con el punto ve cómo el descenso sigue a más de dos partidos.