Junto a Ibrahimovic, parece difícil encontrar otra figura tan importante en la historia del fútbol sueco. Lennart Skoglund, conocido como 'Nacka', fue uno de los primeros futbolistas profesionales del país durante las décadas de los 50 y los 60. Fue clave para que Suecia alcanzara la única final mundialista de su historia en el 58 y paseó su calidad por toda la Serie A, entre Inter, Sampdoria y Palermo.
Su exagerado talento era tan díscolo como su personalidad. Regates extraordinarios y un magniífico control del balón. Los cronistas de la época hablaban maravillas sobre este sueco que había irrumpido en el panorama europeo. El Mundial de 1950 le abrió las puertas del fútbol profesional y el Inter apostó por su fichaje (Pagaron 12 millones de liras). En la década de los 50, 'Nacka' ya se había convertido en uno de los extremos más valiosos del mundo.
Antes, en el Hammarby, compaginaba sus actuaciones en el club amateur con su trabajo de electricista, con el que intentaba ganarse la vida. El fútbol profesional era un privilegio que sólo alcanzaba a algunos clubes europeos por aquellos tiempos.
Estuvo nueve temporadas en Milán y conquistó dos 'Scudettos'. Su irrupción en el 'Calcio' fue rápida e impactante. Decisivo desde el primer partido con el Inter, la afición no tardó en adorarle. El Inter acabó la temporada en segunda posición a un punto de un histórico Milan y con 12 tantos del sueco.
Pero Skoglund no tardaría en entrar en una espiral que, a la larga, terminaría acabando con su vida. La adicción al alcohol le acompañó durante toda su carrera y alcanzando límites insospechados. Su estilo de vida no varió, ni siquiera tras la excusa de formar una familia.
Alfredo Foni, técnico de aquel Inter, descubrió que 'Nacka' guardaba botellas de whisky en su taquilla y que aprovechaba cualquier momento para beber, incluyendo descansos y entrenamientos. El club intentó ayudar al jugador, pero acabó siendo misión imposible.
Sus demonios le persiguieron durante el Mundial del 58, pero el seleccionador sueco, George Raynor, sucumbió a su calidad: "En lo que a mí respecta, puede estar deambulando por el campo y hacer lo que le dé la gana porque tiene la increíble habilidad de conseguir de repente que llegue el gol que cambia el encuentro", afirmó en unas palabras recogidas por el 'Daily MIrror' durante el torneo y que ha sacado a la luz 'Sphera Sports' en un reportaje reciente.
La adicción al alcohol derivó en problemas personales y económicos, sumados a su salida del Inter. Firmó por la Sampdoria y allí dio rienda suelta a todo su potencial autodestructivo. Su nivel de alcoholismo se le había ido de las manos, también por la permisividad de aquellos que le pagaban. Cuantan que 'Nacka' dejaba escondidas botellas de whisky junto al banderín del córner y era el encargado de lanzarlos todos. Simulaba atarse los cordones y aprovechaba para endulzarse los labios con su veneno favorito.
Tras pasar por el Palermo, la retirada llamó a su puerta en el Kärrtorps, ya en 1964. Su vuelta la realidad fue devastadora. Probó como vendedor de alfombras, pero la cosa no cuajó. Apenas diez años después, y tras varios percances desagradables, 'Nacka' intentó suicidarse sin exito. Desgracia que terminaría consumando en julio de 1975, con apenas 45 años y tras una vida de gloria y tormentos.