No sería de extrañar que, tras largos meses e inclusos años con la Copa del Mundo entre ceja y ceja, una eliminación haga bajar los brazos a cualquiera. Sin embargo, en los mundiales 'hasta el rabo todo es toro' y cuaquier minuto de este torneo se vive como si fuese el último. Y especialmente cuando de verdad lo es.
Arabia y Egipto se plantaban en la última jornada sin recompensa cuantitativa por la que pelear. Ambos ofrecieron un partido reñido, pero los saudíes se llevaron el premio de consolación tras derrotar a una selección, a priori, favorita en la última jugada.
Marruecos y Perú llegaban al tercer partido con las lágrimas ya secas tras la mala noticia. Los africanos, lejos de bajar los brazos, pusieron contra las cuerdas a una España que rascó un punto en el añadido y con el VAR de por medio. Por su parte, los sudamericanos se las vieron con una Australia que tenía opciones de pasar. Sin embargo, Guerrero y cía se ganaron un cargamento de orgullo y dignidad tras derrotar a los oceánicos por 2-0.
Costa Rica fue la última en firmar una actuación que le permite volver a casa con la cabeza bien alta. Suiza se lo jugaba todo ante los 'ticos' que, sin embargo, obviaron la clasificación y lograron bombardear la meta de Sommer. Finalmente, pudieron sumar un merecido punto desde el punto de penalti con el tiempo cumplido.
A falta de lo que hagan Túnez, Panamá y Polonia en la última jornada, la última jornada de la fase de grupos está dejando patente que el Mundial va más allá de un puñado de puntos.