El Estadio Olímpico ya se convirtió en un campo amigo para el Nápoles, que sumó este domingo su tercera victoria consecutiva a domicilio contra la Roma, en un partido en el que los hombres del técnico Carlo Ancelotti castigaron sin piedad a un conjunto romanista herido.
Tras la dimisión del director deportivo español Ramón Rodríguez 'Monchi' y la destitución del técnico Eusebio Di Francesco, la Roma apostó por Claudio Ranieri para intentar cambiar el rumbo de una temporada decepcionante, pero la apuesta de la nueva directiva no está dando el resultado anhelado.
El cuadro romanista aguantó menos de 120 segundos ante la presión de un Nápoles brillante, que se adelantó en el minuto 2 gracias a un golazo del polaco Arkadiusz Milik y que dominó el ritmo de juego con autoridad.
El equipo del técnico Carlo Ancelotti solo tuvo el límite de no sentenciar el duelo antes del descanso y recibió el momentáneo 1-1 en el último minuto de la primera mitad de la mano del argentino Diego Perotti, de penalti, aunque impuso su superioridad sin piedad en la reanudación.
El belga Dries Mertens y Simone Verdi, con dos goles en los primeros diez minutos de la segunda parte, y el alemán Amine Younes subieron un contundente 4-1 al marcador del Olímpico, ante una Roma incapaz de reaccionar y sacudida por los silbidos de su afición.
Fue un triunfo autoritario para el Nápoles, que ya está casi seguro de su segunda posición, al sumar momentáneamente 10 puntos más que el Inter de Milán, tercero. Los hombres de Ancelotti están a 15 puntos del líder, que ya empezó la cuenta atrás para celebrar el 35 título liguero de su historia.
Estado de ánimo completamente opuesto para el conjunto romanista, sexto y a cuatro puntos de la Liga de Campeones, que se fue del campo desconsolado, con las gradas del Olímpico ya casi desiertas antes de que el colegiado pitara el final del encuentro.
Se aleja de la 'zona Champions' la Roma, que fue superada por un Atalanta que sueña con Europa y que, empujado por un gran doblete de Duván Zapata, mostró su candidatura para las plazas nobles de la tabla con un triunfo 3-1 en el campo del Parma.
Fue el conjunto parmesano el primero en adelantarse, gracias al marfileño Gervinho, pero el Atalanta demostró carácter, empató por medio del croata Marko Pasalic y selló la victoria con dos dianas en el último cuarto de hora de Duván.
El delantero de Cali está viviendo la mejor campaña de su carrera y alcanzó a Cristiano y al polaco Krzysztof Piatek en la segunda posición de la tabla de los máximos artilleros del torneo (19 goles), a dos tantos del 'capocannoniere' Fabio Quagliarella.
En Florencia, la Fiorentina empató 1-1 contra el Torino, con gol local del argentino Giovanni Simeone (m.7) y empate visitante de Daniele Baselli (m.34), en un partido en el que el gran protagonista estuvo sentado en la grada de honor del estadio Artemio Franchi: Gabriel Batistuta.
El ex jugador argentino, que marcó 207 goles en los nueve años pasados en Florencia (1991-2000), fue el invitado especial del club toscano para celebrar sus 50 años, cumplidos el pasado 1 de febrero, y le fue organizado un homenaje en la céntrica Plaza de Signoria.
En la zona baja de la clasificación, el SPAL de Ferrara dio un gran paso hacia la salvación al vencer por 1-0 a un Frosinone que se quedó penúltimo y que ya está casi condenado al descenso. El equipo de la región de Lazio no ganaba desde el 10 de febrero y está a ocho puntos de la salvación.