No ha sido fruto de un mal partido, ya van tres. Los tres únicos que Giedrius Arlauskis ha jugado bajo palos para el Espanyol. Llegado en el mercado de invierno, fue la apuesta de Galca para meter presión a un acomodado Pau. Craso error.
Debutó nada menos que ante el Real Madrid, en el Bernabéu. Dos días después de llegar a España. Y así le fue: seis goles como seis soles.
Va, venga, no pasa nada, es el Madrid, entraba en el guión de cosas que podían pasar. Siguiente partido: Real Sociedad, en Cornellá. Y en el minito 8 Arlauskis ya había sacado el balón del fondo de las redes en dos ocasiones. No terminó el partido: Galca le cambió al descanso para ahorrarle una pitada abrumadora. Pau no lo hizo mucho mejor: encajó otros tres tantos.
Ayer viernes Arlauskis volvía a la titularidad. Lo de Real Madrid y Real Sociedad formaba parte del pasado. Pero no se le notó firme, más bien todo lo contrario. Cada vez que llegaba un balón a sus dominios la duda inundaba la zaga. Su defensa no confía en él y el lituano no sabe transmitir la seguridad necesaria para revertir la situación.
Al poco de empezar el partido no se entendió con Enzo Roco al ir a atajar un balón que el defensa terminó despejando de un patadón. Dudas y más dudas. Pero mantuvo la meta a cero 45 minutos.
Antes del descanso, el primero, fusilado a quemarropa por El Zhar. La segunda parte, un carnaval. De nuevo la inseguridad, de nuevo los nervios, y Las Palmas lo sabía. Vaya si lo sabía. Había que tirar, y no hizo otra cosa el equipo de Setién.
Pudo haber puesto fin al esperpento poniendo la cara al zapatazo de Wakaso que cerró la goleada. Le hubiera mandado al hospital y puesto punto y final a otra infame goleada. Pero Arlauskis continuó, y aguantó el aluvión del último cuarto de hora sin encajar más.
En resumen: Giedrius Arlauskis ha jugado tres encuentros (bueno, dos y medios), sumando un total de 225 minutos. Ha encajado doce goles. Encaja un gol cada 18 minutos y 45 segundos, exactamente. Encaja 4,8 goles por partido.
Para que sea más claro lo catastrófico de estos datos: Jan Oblak encaja un gol cada 191 y 25 segundos. Encaja 0,47 goles por partido. Aunque claro, el meta esloveno del Atlético está haciendo una temporada para enmarcar que va camino de convertirle en el mejor Zamora de la historia.
No queda otra que desearle a Arlauskis toda la suerte del mundo, y la oportunidad de demostrar que no es un desastre bajo palos. No se llega al fútbol profesional siendo un inútil. Y que una mala tarde (y tres y media también) la puede tener cualquiera.