Corría el minuto 75 cuando el delantero argentino se impuso a su par para cabecear un buen servicio desde la banda derecha de Gray. Un jugador del Stoke, con el portero ya batido, logró sacar el balón antes de que besara la red.
Sin embargo, la tecnología demostró que el defensor le dio al balón con su pierna derecha una vez que el esférico ya había rebasado por completo la línea de gol.
El árbitro, ante las protestas de los jugadores del Stoke, se señaló el reloj haciendo referencia a que lo que había dictado el ojo de halcón iría a 'misa'. La tecnología parece resarcirse tras la polémica del Mundial de Clubes.