Antes de la llegada de Kagawa al Real Zaragoza, el fichaje de Okazaki por el Málaga fue catalogado en redes como uno de los más 'random' del mercado. Campeón de Premier con el Leicester, el futbolista asiático decidió emigrar a España después de acabar su contrato en el equipo inglés.
Llegaba con ganas e ilusión. Y en la Costa del Sol era una auténtica estrella. La afición del cuadro andaluz no tardó en dedicarle una canción: 'el Okazaki'. El propio jugador llegó a bailar con ella en alguna ocasión.
Ese estribillo del "Oka, Oka, Oka... Okazaki" retumbó durante meses en las mentes de los seguidores 'boquerones', que esperaban poder celebrar de ese modo el primer gol del delantero en La Rosaleda. Algo que nunca llegó.
Los problemas de límite salarial del Málaga obligaron al club a vender al final del mercado. Una de las medidas fue la salida del atacante japonés, que acabó firmando por el Huesca. En el equipo aragonés llegaron a adaptar incluso su canción y más de mil aficionados acudieron a su presentación.
En el último encuentro en El Alcoraz ante el Girona, Okazaki convirtió su primer gol con la camiseta del Huesca con un remate acróbatico. Después de la derrota en Carranza, ahora se enfrenta a la barrera psicológica que supone medirse a sus ex compañeros sin olvidar la espinita que quedó clavada en Málaga.