Después del 2-1 de la ida, el Olympiakos tenía todas consigo para meterse en la fase de grupos de la Champions League. El inicio en el infierno croata dejó algunas dudas, pero se sobrepusieron muy pronto.
En el minuto 25, Marko Marin se aprovechó de la asistencia de Vadis Odjidja-Ofoe y remató con la derecha desde el centro del área a la escuadra derecha. Contragolpe perfecto para los griegos que lo tenían todo hecho.
El Rijeka intentó reaccionar, pero no consiguió premio alguno. El Olympiakos aguantó de lo lindo y no concedió ninguna ocasión clara a su rival, por lo que se aseguró su pase directo a la ronda de grupos de la Champions League.