El encuentro comenzó con el esperado dominio del Oviedo. A fin de cuentas, los locales se jugaban la vida, una vida que estaba a solo una victoria de distancia.
En cuanto pitó el árbitro, Obeng y Ortuño empezaron a hacer de las suyas. Y fue el primero el que, a los siete minutos, adelantó al equipo 'carbayón' al aprovechar un mal despeje de la defensa del Racing.
Con una precisa vaselina, el delantero superó a Crespo y firmó el primero del partido. Pero poco tardaron los asturianos en ver lo efímero que puede llegar a ser un respiro en Segunda.
Menos de un minuto tardó Nico Hidalgo en reaccionar y marcar, pero el VAR advirtió una mano en la acción que invalidó el tanto. Gran susto que se llevó un Oviedo que, prácticamente, se dedicó a vivir de las rentas el resto del choque.
El Racing solo inquietó a Lunin en el 35', con un remate de Olaortua, y justo antes del descanso, con un cabezazo de Guillermo que se marchó muy cerca del palo.
"¡Mi tesoro!", dijo el Oviedo
Los 'carbayones' se dedicaron a guardar el tesoro y solo pudieron ampliar la ventaja con un tiro en el pie que casi se da Arribas. Su remate sobre su propia portería fue sacado, por pura posición, por Crespo.
El segundo tiempo se podría resumir en un puñadito pequeño de palabras. El Oviedo no sale de su campo, el Racing tiene la bola en la divisoria y manda balones sin peligro alguno al área. Y así 49 minutos.
Solo Baldé, en un contragolpe al que no llegó por unos centímetros, inquietó a Crespo en el segundo tiempo. Y únicamente en la recta final dio la sensación el cuadro cántabro, con más dignidad que herramientas, de llevar algo de peligro con Guillermo.
Al final, el suficiente raspado le sirve a los de Ziganda para seguir en Segunda, mientras que el Racing acumula otra derrota pero también otra imagen más que honrosa en los campos del fútbol profesional.