Oyarzabal es futbolista desde pequeño. Y judoka. Al final, la primera disciplina se impuso a la segunda hasta tal punto que afronta actualmente la Eurocopa como parte de la expedición de la Selección Española. Su padre Ernesto, en el diario 'Marca', repasó sus inicios y reconoció que no se esperaba que llegara tan lejos.
"De niño, siempre estaba con la pelota, a todas horas. Pero no solo eso. Era un chaval muy inquieto y lo apuntamos a judo. Yo practiqué ese deporte con un profesor muy bueno. ¡Era capaz de domesticarnos a nosotros! Me parece un deporte que aporta muchas cosas: educación, respeto, valores... También practicó natación. Y, luego, ya, el fútbol", afirmó.
"Era muy de jugar en la calle. Vivimos cerca de la plaza y bajaba mucho a jugar. Pero ver que va a ser profesional es algo que yo no lo veía claro porque es muy difícil. Ves que va bien, te dicen cosas, pero sabes lo que es el fútbol. Por eso todo esto es un sueño", dijo además, incrédulo con los lejos que ha llegado el jugador.
Y analizó sus humildes maneras: "Él siempre ha sido uno que ha ido suave. Es un tío normal, creo que como la mayoría de su generación. Hay cuatro de la suya en el primer equipo de la Real: Zubeldia, Guevara, Ahien y él. No es muy normal. Tiene sus amigos de siempre, y eso para él es muy importante".