El traspaso se produjo en 2012 y, a día de hoy, el Palermo aún no ha saldado sus deudas. Se comprometió a pagar 13 millones, pero pagó sólo 4. Ahora, esa deuda ha crecido hasta los quince tras prosperar la denuncia interpuesta ante el club.
La operación se gestó a través de un fondo de inversión, Pencil Hill Ltd., quien demandó al conjunto insular por incumplimiento del pago acordado por el futbolista.
El fondo acusa directamente a Maurizio Zamparini, propietario del Palermo, de ignorar sus obligaciones, incluso aunque haya una sentencia en firme que le obligue a cumplir.