Billy Gilmour, 170 centímetros, 20 años recién estrenados, debutaba como titular con la Selección Escocesa. Le bastaron 76 minutos para salir del campo en medio de una ovación en pie en el templo del fútbol. No habrá muchos que puedan decir eso en su debut.
Si el partido era un examen de graduación, Gilmour demostró que la 'Tartan Army' tiene centrocampista para rato. Y no es que sea un desconocido en esto del fútbol. Forma parte de la fecunda cantera del Chelsea, esa que ha alumbrado últimamente talentos como su amigo (pero rival) Mason Mount.
El escocés solo tenía en sus piernas 40 minutos con la camiseta de la Absoluta (en dos amistosos de preparación para la Eurocopa) cuando el seleccionador, Steve Clarke, decidió darle la llave del centro del campo para solucionar el problema del equipo para sacar el balón jugado.
Esa incapacidad de conectar la defensa con el centro del campo lastró a Escocia frente a la República Checa en su debut, pero Clarke ha sabido identificar a tiempo el problema.
Colocado en el doble pivote junto a McGregor, jugador más de brega que de calidad, Gilmour estuvo para la pelea pero también para el reparto de juego. Siempre descargó fácil, en uno o dos toques, hacia el compañero mejor situado, y hasta se atrevió a conducciones en las que hizo gala de su buen pie.
Por su posición, tamaño y juego, Gilmour se enmarca en la estirpe de los Xavi o Verrati, aunque el técnico José Mourinho, una voz todavía muy escuchada en el Reino Unido, se lanzó a otra comparación: el español Pedri.
En un artículo previo al partido en el diario 'The Sun', Mourinho alertó sobre la falta de calidad de la que adolece Escocia y reclamó a Clarke la titularidad de Gilmour. "Vi a España jugando con este joven Pedri y me pregunté si Gilmour no podría dar más a Escocia", escribió Mou. Aunque la juventud y el estilo de juego los emparenta, Pedri ha asumido muchos más galones, a sus 18 años, en el Barça que Gilmour en su Chelsea.
El escocés, pese a haber cumplido con nota cuando le ha tocado salir, apenas ha jugado once partidos con el primer equipo esta temporada, cinco de ellos en la Premier League.
Pero aunque la comparación con Pedri no suene descabellada, a Gilmour le gusta más mirarse en el espejo de otro centrocampista español, ex del Barça y también de su Chelsea: Cesc Fàbregas.
Cuando el joven era todavía un joven que despuntaba en el Glasgow Rangers, antes de ser llamado a las filas de la academia del Chelsea, dedicaba su tiempo libre a analizar el juego de los profesionales y especialmente el de Cesc, de quien admira sobre todo su verticalidad.
El español le devolvió los elogios el mismo día en que Gilmour debutó con el Chelsea, en septiembre de 2019. "La personalidad es lo más importante a esta edad y él la tiene perfecta. Ahora es hora de seguir aprendiendo y de aprovechar estos partidos para demostrarle al entrenador que es lo suficientemente bueno", escribió entonces Cesc en Twitter.
Seguro que este viernes habrá sentido una punzada de orgullo al ver al aprendiz graduarse en Wembley, donde encima logró el 'MVP' entre todos los protagonistas.