Y precisamente eso podría haber querido destacar en su última publicación en las redes sociales. Luka compartió en su cuenta de Instagram una fotografía de él de joven... con su trofeo más preciado.
En ella, aparece el croata de pequeño haciendo toques con una pelota, pero esta ha sido sustituida por el Balón de Oro que ganó el pasado 3 de diciembre en París. Así pues, se creó una paradoja temporal: Luka se encuentra jugando con un trofeo que conseguiría décadas más tarde.
El mensaje que acompaña la foto es bastante simple: "Las mejores cosas nunca llegan fácil". Una frase que resume a la perfección la carrera de un Luka que ha tenido que esperar 33 años para coronarse como mejor jugador del mundo.
5 de diciembre de 2018