Madagascar y Túnez disputaban la eliminatoria de cuartos de final a priori más desequilibrada y, finalmente, la lógica acabó imponiéndose sobre el césped.
Los primeros 45 minutos comenzaron con mucho respeto por parte de las dos selecciones.
El primer cuarto de hora fue de puro tanteo, con Madagascar haciendo un par de intentonas para tratar de intimidar a Túnez.
Sin embargo, a medida que paso el tiempo, el combinado de Alain Giresse fue haciéndose con el dominio e imponiendo la lógica.
Sassi y Khazri rozaron el gol y la sensación de peligro siempre estaba en el bando tunecino.
Pese a ello, los pupilos de Nicolas Dupuis lograron mantener el 0-0 inicial al descanso, teniendo licencia para soñar para después del paso por los vestuarios.
La segunda mitad comenzó con un gran susto para Madagascar después de que Khazri anotara el 0-1 en el minuto 47.
Sin embargo, el tanto sería anulado por fuera de juego, pero desde ese momento el miedo se apoderó de la cenicienta del torneo y espoleó a Túnez hacia el triunfo.
Sin apenas respiro, el combinado tunecino apretó de lo lindo y en el 52', con fortuna, Sassi haría el 0-1 tras un disparo que rebotó en Fontaine.
El gol fue un mazazo definitivo y desde ahí no hubo realmente encuentro, algo que Túnez aprovechó para sentenciar.
Lo haría por mediación de Msakni, que aprovechó un rechace para colocar el 0-2 en el electrónico y poner a su equipo en semifinales.
La media hora final fue un trámite, con los jugadores de Madagascar acusando el cansancio físico y mental acumulado a lo largo del torneo.
En una contra cuando el encuentro agonizaba, Sliti firmaría el 0-3 para redondear una goleada que acababa con un sueño.
Ahora Túnez buscará una plaza en la final en uno de los duelos más esperados ante Senegal. El ganador de esa eliminatoria se verá las caras en la finalísima con Nigeria o Argelia para proclamarse rey del continente africano.