Y es que, pocas cosas hay peores para un jugador profesional que anotarse un gol en propia... más aún cuando se es portero. Pero hacer 'doblete' de autogoles es, sin duda, una maldición.
Y más lo es aún, golearse a sí mismo dos veces... pero sin haber tenido culpa alguna. Este fue el caso del meta del Brighton, equipo recién ascendido a Premier League, que se marcó los dos goles de la derrota por 2-0 ante el Norwich.
Los dos llegaron de la misma manera. Golpeo rival desde fuera del área, estirada para tratar de atajar el disparo, rebote en el larguero/palo y un nuevo rebote en el guardameta que acabaría con el balón dentro de la portería. Sin duda, la mala suerte elevada a su máximo exponente.
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— Sky Bet Championship (@SkyBetChamp) 24 de abril de 2017