Las convocatorias de la Selección Nacional siempre dejan dudas y generan discrepancias. La última del técnico asturiano, una de las más raras de los últimos tiempos, ha vuelto a alimentar ese debate.
Y ha generado otro, puesto que los futbolistas que en esta ocasión se quedan fuera no son precisamente cojos. De hecho, muchos de los habituales no están, como es el caso de Isco, Koke, Thiago o Saúl.
Luis Enrique, que negó la palabra revolución, apostó por otros hombres menos habituales, como es el caso de Mario Hermoso, Sergi Gómez, Fabián Ruiz, Sergio Canales, Iker Muniain y Jaime Mata.
Eso sí, el once ideal que se puede armar entre todos los llamados sí tendría una cara muy parecida a lo visto en los últimos meses.
De Gea estaría en la portería, mientras que el resto de la zona defensiva quedaría cubierta con Sergi Roberto, Sergio Ramos, Íñigo Martínez y Jordi Alba.
En la medular sí aparecerían más novedades, puesto que al incombustible Sergio Busquets le podrían acompañar Parejo, que vive su segunda llamada, y el madridista Dani Ceballos.
Arriba, un tridente con poco bagaje juntos pero lleno de dinamita cuando están a tope: Rodrigo, Morata y Marco Asensio.
Con los descartes, y dejando aun lado los futbolistas que se encuentran lesionados, como es el caso de Diego Costa o Iago Aspas, podría componerse una alineación más que competitiva.
Casillas, recién clasificado para los cuartos de final de la Liga de Campeones, estaría bajo palos. La línea defensiva quedaría llena de gente experimentada: Azpilicueta, Marc Bartra, Nacho y Marcos Alonso.
Thiago y Saúl serían los mediocentros, con Koke e Isco de falsos interiores para armar un centro del campo que equilibra muy bien trabajo y fantasía.
En ataque, dos de los mejores goleadores españoles y de las grandes ligas este año: Paco Alcácer y Borja Iglesias, que estaba en las quinielas para ser llamado, aunque Luis Enrique terminó optando por Jaime Mata.
¿Cuál de los dos ganaría?