El político subió un vídeo a su cuenta de Facebook en el que dejó claro sus sentimientos para con el equipo: "Quiero representar a todos los españoles de Cazalilla y lo que me da vergüenza es ser de un club como ese", fueron sus primeras palabras ante la cámara.
Resulta que el hombre llevaba siendo fan 'culé' desde siempre, pero, desencantado con las últimas acciones del club, decide desvincularse del mismo con un final en llamas. "¡Que le den por c*** a estos mier**s!", gritó antes de tratar de prenderle fuego a seis camisetas del conjunto.
Se encargó de crear expectación antes de encender el fuego: "Vais a flipar". Desafortunadamente para él, le costó bastante prenderlo, así que aprovechó para explicar por qué llevaba la bandera franquista: "Aunque lleve la bandera del pollo, soy español, no soy franquista".
No pudo resistirse y, segundos más tarde, se corrigió a sí mismo: "Bueno, sí, soy de Franco". Consiguió finalmente su objetivo de quemar las elásticas, posó orgulloso con sus símbolos dictatoriales y sentenció: "Para que veáis lo que hace un aficionado de vosotros, pero un español".