Sexto partido y sexta victoria en la Ligue 1 para el PSG de los Neymar, Cavani, Mbappé y compañía. A los parisinos, en cualquier caso, les costó sacar adelante un encuentro que se complicó por el buen planteamiento del Lyon.
Los onces de ambos clubes hacían presagiar un partido de muchos goles en el Parque de los Príncipes, pero fue un puro espejismo, pues los visitantes se ubicaron bien en defensa y apenas dieron opciones a un PSG que mejoró norablemente tras el descanso.
Al ya clásico tridente parisino se le uniría en esta ocasión Draxler para formar una alineación inicial temible. Y eso que enfrente estaban Fekir, Traoré, Depay y Mariano.
Sin embargo, los nombres dejaron paso a un esquema de contención en los visitantes, que salió bien durante prácticamente toda la primera mitad. Tras ella, el PSG volcó el juego sobre la portería de Lopes y el Lyon cada vez salía menos a la contra y cada vez vivía más cerca de su guardameta.
Con todo, los visitantes estarían muy cerca de adelantarse en el marcador, pues Ndombele se inventó un trallazo desde la frontal que se estrelló en el larguero de Areola.
El aviso pareció despertar a Emery, que retiró a Draxler -una vez más decepcionante- y Kurzawa para dar entrada a Lo Celso y Yuri. La banda izquierda del ataque galo cobró vigor y por allí se gestó el primer tanto.
Llegó en una acción espectacular del recién entrado jugador argentino, que rompió a Tete y centró para que Cavani intentara rematar de tacón y Marcelon, sin querer, se la metiera en su propia portería.
El 1-0 dio sentido al juego del PSG, que buscó el segundo y casi lo consiguió en un penalti inexistente que Lopes le detuvo con maestría a Cavani. No llegó en esa acción, pero sí en una nueva jugada desafortunada del Lyon. Mbappé perdonó un mano a mano y Morel no pudo evitar hacer el 2-0 en su propia portería.
Justicia al final por la insistencia de Emery y los suyos, pero no por el buen juego desplegado por un equipo parisino del que, de este verano en adelante, se espera mucho más.