El ex dirigente galo no pecó precisamente de chovinista, ni mucho menos. Sacó el látigo para, en charla con 'France Info', dejar muy claro que no comparte la manera de ser grande del campeón de la Ligue 1.
"El presidente es catarí, el director deportivo es brasileño, el entrenador es alemán, hay un francés en el equipo... ¿Por qué se llama Paris Saint-Germain? Porque hay 40.000 personas, mucha gente que ama a su club. Está bien, pero podría llamarse Coca-Cola o cualquier cosa", acusó duramente.
Curiosamente, pese a que él llegó a tener el sistema del fútbol en sus manos, criticó cómo se ha mercantilizado todo actualmente. "Hoy compras a todos los mejores jugadores y ganas, todo se basa en la riqueza, el dinero mata una filosofía del fútbol. Cuando eres presidente de la UEFA, quieres que todos participen en tus competiciones y que todos tengan la oportunidad de ganarlas. Eso es un poco complicado en este momento", aseguró.
Por ello, lamentó "haber votado por Catar como sede del Mundial 2022". "Lo hice creyendo que apostaba por el desarrollo del fútbol", alegó.
Ante este panorama, abogó por volver a implantar un límite de extranjeros por equipo, como ocurría antes de la Ley Bosman.