En el mercado invernal de la temporada 2010-11, el Liverpool vendió a Fernando Torres al Chelsea en una de las grandes operaciones de la época.
El cuadro 'red' tenía dinero fresco y buscaba un sustituto a su gran goleador de los últimos años. Por ello, la directiva de Anfield invirtió lo recaudado con el español en Luis Suárez... y Andy Carroll.
Hablar de Carroll por aquel entonces era hacerlo de uno de los hombres de moda en la Premier League y de uno de los arietes más prometedores del momento, ya que deslumbraba a propios y extraños a sus 22 años en las filas del Newcastle.
Por ello, el Liverpool no dudó en desembolsar por él 40 millones de euros en la que es, hoy, por hoy, una de las peores operaciones de la historia de los 'reds'.
Carroll no cuajó y solamente pudo anotar 12 goles en 59 partidos con el cuadro de Anfield. Una cifra irrisoria teniendo en cuenta que en esa media campaña previa a su fichaje por el Liverpool había anotado 11 con las 'urracas'.
Ahora, más de ocho años después y tras un largo periplo en el West Ham sin pena ni gloria, el bueno de Andy, que aún cuenta con 30 años, ha decidido regresar a casa.
Y es que el delantero firmó recientemente con el Newcastle para volver a jugar en un St James' Park en el que espera recuperar aquel brillo del que nunca se supo en Anfield.