Paul Furlong, entrenador del filial del QPR, fue informado durante la segunda mitad del encuentro de los insultos que estaban recibiendo sus jugadores y no dudó en ordenar abandonar el partido.
En un comunicado para censurar el racismo, Lee Hoos, CEO del Queens Park Rangers, acusó a España de falta de seriedad con este tipo de incidentes, instándoles a endurecer los castigos.
"Si este incidente hubiera ocurrido en Inglaterra, no tengo duda de que el asunto sería tratado rápidamente con un fuerte castigo por la FA", reza el escrito del QPR difundido a través de sus canales.
"Desafortunadamente, parece que algunos países tienen un largo camino que recorrer al respecto e insto a la UEFA a que tome las medias más fuertes posibles contra los incidentes de esta naturaleza. Ocurren con demasiada frecuencia", agregó.
Asimismo, el CEO del QPR incidió: "Tristemente queda un largo camino por recorrer. El racismo en el fútbol es un reflejo de los problemas internos de la sociedad y lo increíble es que ya nos advirtieron sobre incidentes similares que tuvieron lugar allí antes de que nosotros jugáramos".
"¿Deberíamos haber rechazado el partido? ¿Eso va a resolver el problema o a evitarlo?", sentenció.