Parecía imposible, pero sí, había una manera de tumbar al Arsenal. Y fue uno de los rivales menos esperados, el hasta este domingo vicecolista, quien la encontró. Fin a la racha londinense, propulsión hacia el optimismo para los locales.
Ralph Hasenhüttl, que apenas llevaba una semana de trabajo con su nuevo equipo, se estrenó a lo grande. Rompió una sequía de 12 encuentros sin triunfo para los los locales.
De no ser por el error del meta alemán en los últimos minutos, el choque habría quedado como un igualado duelo de pistoleros. Entre Ings y Mkhitaryan se empeñaron en absorber todo el protagonismo.
Tan pronto marcaba el inglés como replicaba el armenio. Estuvieron, literalmente, a la cabeza del duelo. Porque de esa guisa marcó sus dos tantos Ings; el primero del 'gunner' también llevó esa rúbrica.
Y, para no perder el ritmo, Charlie Austin, que había entrado en la segunda parte, fue quien desniveló la balanza de la misma manera. Ocurrió a cinco minutos para el final.
Podría haber sido él el nombre protagonista. O el de su compañero Long, también entrado desde el banquillo poco tiempo antes, con su buen centro. Pero no fue, Leno quien se llevó los deshonores.
Porque tenía timpo para medir bien el salto y despejar. Sin embargo, se quedó con el molde y el jugador del 'Soton' marcó a placer.
Estalló de júbilo el St- Mary's Stadium, murió la gran racha de Emery. Se intercambiaron las caretas.