El Racing de Santander continúa avanzando con la mente en sacar brillo y atesorar su segunda plaza en su grupo de la segunda fase de la categoría de bronce del fútbol español. Merced a cuatro goles muy necesarios por lo alocado del encuentro, derrotó al Ebro a domicilio.
Los locales, eso sí, dieron guerra. Y mucha. No se resignaron a caer en ningún momento y, a pesar de que no consiguieron ponerse por delante en el marcador en ningún instante, siempre exhibieron una versión descarada y valiente, pues el grupo debe sumar para acercarse a la nobleza en la tabla.
Omoigui abrió la lata para los santanderinos a los diez minutos del inicio, Pablo Torre dobló la ventaja de penalti cinco minutos después, José Ramón recortó distancias poco después de la primera media hora, Omoigui respondió con su doblete, Álvaro Sánchez firmó el 2-3 y Cejudo obró la sentencia, el 2-4, en el minuto 78.
Tanto gol convirtió el enfrentamiento en un verdadero espectáculo para e espectador neutral, que no para aquel hincha cuyo equipo estaba en el verde. Había mucho en juego y las espadas estuvieron en lo más alto, con ocasiones y llegadas de peligro, durante casi toda la contienda.